sábado, 29 de octubre de 2016

Reseña #24: Something Beautiful - Jamie McGuire

SOMETHING BEAUTIFUL
Autor: Jamie McGuire
Serie: Beautiful
Editorial: CreateSpace Independent Publishing
Año de publicación: 2015


America Mason, una descarada estudiante de la Eastern State University, está enamorada de un Maddox - Shepley Maddox. A diferencia de sus primos, Shepley es más un amante que un boxeador, pero un viaje a casa de sus padres en Wichita, Kansas, podría significar el siguiente paso, o el final de todo.

Mi opinión

No es que el resto de libros de esta serie no sean de lo mejor, pero Something Beautiful es wow, es mi libro favorito de esta serie, el amor de America y Shepley es realmente lindo…

America es sin duda una de las mejores protagonistas que he leído, lo que piensa lo que dije, además tiene una personalidad muy real y ni que decir de Shep, el hombre perfecto, es que los hermanos Maddox aman fuerte y sin medidas, pero Shep, el ama hermosamente…

Something Beautiful, es ese tipo de historia que empiezas a leer y luego no la quieres dejar, además está escrita desde los dos puntos de vista así que tenemos la oportunidad de saber lo que los dos están sintiendo, y es el tipo de cosa que a mí me gusta…

Asi, que Jamie, gracias una vez más, porque con esta historia vuelvo a creer en el amor…

¡QUIERO UN SHEPLEY!

POSIBLE SPOILER

FRASES

—A veces, adiós es una segunda oportunidad. Para aclarar tu cabeza. De todos modos… extrañar a alguien  hace que recuerdes por qué amabas a esa persona en primer lugar.

En cuanto a las personas que han luchado cada paso hacia adelante, no teníamos ni una queja, y no cambiaríamos nada. Cada giro equivocado nos condujo a este momento, demostrando que cada decisión que hicimos fue la correcta. Lloramos, herimos y desangramos en nuestro camino a la felicidad, de esos que no pueden ser detenidos por el fuego o el viento.
Como sea que haya sucedido y fuera lo que fuese, éramos algo hermoso.

“Estoy rodeado por chicas, y te diré… a veces, te disparan para ver si saldrás corriendo.”

Travis era un arrogante hijo de puta la mayoría del tiempo, pero estar a su alrededor significaba conseguir lecciones gratis sobre cómo conseguir la atención de una chica.

Lección número uno: Persigue, pero no corras.

De vez en cuando, podía escucharla reírse. Me prometí que no miraría, pero fallé varias veces. Era preciosa, con unos ojos verdes y largo cabello ondulado, como si acabase de estar en la playa y dejó que se secara al natural. Cuanto más me esforzaba por escuchar su voz, más ridículo me sentía, pero había algo en ella, incluso desde el primer vistazo, me tenía planeando formas para impresionarla o hacerla reír. Haría lo que sea para que me prestara atención, inclusive por cinco minutos.

Me incliné para besar esos labios malditamente tercos que amaba tanto.

Crecer con mis primos resultó ser un gran recurso para manejar a alguien tan tenaz como América, pero enamorarse de una mujer que era segura de sí misma y fuerte, a veces requería luchar contra mis propias inseguridades y debilidades.

—Donde quiera que estés, estaré ahí contigo. No quiero estar en algún lugar en el que no estés.

Me sentía demasiado avergonzado de admitir ante ella que quería esas cosas; los anillos, los votos, la hipoteca y los niños. Quería todo. Pero era demasiado difícil decirle a una chica poco convencional que quería una vida convencional con ella.

La amaba demasiado como para dejarla ir tan fácilmente. Tendría que luchar para irse tanto como yo pelearía para mantenerla.

Shepley me tomó de la mano mientras entrabamos, pero había, por lo menos, sesenta centímetros de espacio y pensamientos no expresados entre nosotros.

¿Cuando empezamos a amarnos tanto que nos asustaba mucho arriesgarnos?

—Te amo, y quiero estar contigo para siempre.
—¿Pero? —animó.
—Sin peros. Eso es todo.

Tragué saliva. —Sé que es una situación traumática. Sé que odias que Abby se lo pidiera a Travis después del incendio, pero...
—Sí —dijo sin dudarlo—. Si me pides que me case contigo, la respuesta es sí. —Contuvo el aliento, con lágrimas en los ojos.
—Te estoy pidiendo que te cases conmigo. —Me atraganté antes de besar el anillo en su dedo.

—Nunca me quedo perdido por mucho tiempo. Siempre puedo encontrar el camino de regreso a ti.


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